domingo, 27 de enero de 2013

Otras consideraciones: Las Formas

-Señor, ¿Puedo hacerle una foto?-
-Siempre y cuando me la mande por email, no tengo inconveniente.- fue mi respuesta.
Le di mi tarjeta y días después recibí esta foto en mi correo. Debo reconocer que el tipo se la curró, que quería que me gustase la foto, y lo consiguió.


Las formas son importantes, aunque en esta ocasión más que de las formas, se debería hablar de las maneras, porque realmente hay maneras y maneras de hacer las cosas. Hay otra foto que me gusta enseñar, no porque sea especialmente artística, sino porque fue publicada en el The New York Times y he de decir que no es una cosa que me suceda  muy a menudo, pero (siempre hay algún pero), el autor de la fotografía está en deuda conmigo. Debería haber dicho: "Señor, le importa si le hago una foto?",  pero no lo hizo,... siendo un profesional debería haber demostrado un poco más de respeto por un concepto legal que seguro que él conoce perfectamente. Pero a pesar de ello, gracias por haberme convertido en pintor anónimo internacional, y chapeau por el amigo que me pidió permiso y me mando ese artístico retrato.



jueves, 24 de enero de 2013

ESCULTURA: ELEGÍA


"Elegía"
Chapa  de hierro y piedra
24 x 31,5 x  21 cms.
Colección del Autor

He estado a punto de comenzar esteblog compartiendo en primer lugar mis obras más antiguas, de irme presentandotal como era para terminar diciendo como soy,... pero no, compartiré primero mi hacer actual, y poco a poco mi pasado, retrocediendo en el tiempo de m ihistoria personal.
“Elegía” es el título de mi última escultura acabada, un lamento por lo que en su día fue y ya no está, por la conciencia de la finitud, por lo efímero de lo que amamos,…
La idea surge de la lectura del poema con el mismo título compuesto por Miguel Hernández a la muerte de su amigo Ramón Sijé. Conmueve hasta lo más hondo la lectura de este poema, que muestra un alma tan desesperada y rota por el dolor ante la muerte de su amigo que, en lo que parece un ataque de locura, dice:

“Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.”

Todo lo que nos causa dolor por su pérdida se mantiene, de alguna manera, vivo en la memoria, y también este débil consuelo he querido dejarlo representado en la obra. A través de las piezas férreas que forman ese rostro descarnado que representa todo lo perdido, puede verse, en el lugar que debería ocupar el cerebro, la calidez de una roca anaranjada que contrasta con el frío color del metal. Debo decir que esta piedra, con el fin de aumentar el carácter simbólico de la obra, la busqué y hallé en las costas de Orihuela, localidad de la que era natural Ramón Sijé

A MODO DE PRESENTACIÓN


Los años pueden hacernos más viejos o más sabios. La prueba de que no solo aumentan las arrugas y el número de canas que nos adornan, es que cambia nuestra forma de ver las cosas. Nos hacemos más flexibles, más permeables, despojándonos de ciertas ideas de la misma manera que las serpientes se desprenden de la piel que les aprieta. Las dejamos enganchadas en algún arbusto espinoso con el que hemos tropezado, y ahí, ajadas e inútiles, quedan esas ideas que en su momento creímos vitales.

   Ya solo estoy seguro (y con ciertas reservas) de lo que siento. Sin guión establecido iré compartiendo en este blog lo que hago, mis obras, cada una única, por la sencilla razón de que hoy no diré lo mismo que mañana, porque hoy sé una cosa y mañana sabré algo distinto.